jueves, 19 de mayo de 2011

LIDERAZGO DISTRIBUIDO: LIDERAZGO PARA EL APRENDIZAJE EN EL NUEVO ESCENARIO EDUCATIVO

Tradicionalmente la dirección de los centros ha sido unipersonal lo que suele desembocar en una visión jerárquica de la dirección, descendente y autoritaria que no tiene nada que ver con la realidad en las escuelas. La dirección ha estado además dirigida hacia la gestión de los centros como si estos fuesen empresas que buscan el beneficio de la misma. Las escuelas no son empresas, no buscan beneficios para ellas mismas sino para sus componentes. La escuela tiene que enseñar a ciudadanos y los ciudadanos deben aprender a participar, pensar y actuar de forma cooperativa. Los ciudadanos no deben aprender a obedecer a aquellos que se encuentran en la cumbre de la montaña jerárquica sino que deben aprender a vivir en comunidad. Es por esto que la dirección de los centros unipersonal no tiene sentido en los actuales escenarios educativos. Los ciudadanos tomarán ejemplo de la organización del centro y aprenderán a actuar con respecto a esta organización.

Además, la dirección de los centros como ya hemos dicho antes, no debe ir dirigida a la mera gestión de los recursos del centro sino que debe mejorar el aprendizaje tanto de los alumnos como de los docentes. Hablamos aquí de un liderazgo para el aprendizaje que no se puede lograr si este no es un liderazgo distribuido, compartido, donde toda la comunidad educativa forma parte de él. Para mejorar la práctica en las escuelas toda la comunidad educativa se tiene que sentir implicada en la toma de decisiones en del centro, desarrollando así una toma de decisiones cooperativa compartiendo la autoridad. Muchas mentes siempre piensan mejor y logran más cosas que una sola. La función de la escuela debe ser la de mejorar la práctica educativa todo lo posible para mejorar la formación de los ciudadanos. Para esto es necesaria también la formación del profesorado.

Con esto no queremos decir que el liderazgo compartido no necesite de un líder que se dedica a animar, proponer proyectos, mejoras educativas, asesorar al profesorado, siempre con el fin de mejorar la práctica educativa.

Creemos que algunas de las estrategias que pueden servir para fomentar un liderazgo compartido son las siguientes:
• Formar al profesorado y sensibilizarlo en la importancia del liderazgo para el aprendizaje, centrado en el aprendizaje del alumnado y del profesorado, haciéndole ver los beneficios que esto tiene para ellos y para sus alumnos.
• Elección de un líder que sea capaz de asesorar, animar, proponer proyectos, traer experiencias nuevas, comunicar, resolver conflictos, coordinar, dinamizar, facilitar…
• Rediseñar la escuela proponiendo proyectos comunes, trabajo conjunto e intercambio de experiencias.
• Planificación y mejora basada en datos.
• Metodologías y procesos de enseñanza eficaces.
• Establecimiento de tiempos y espacios para toma de decisiones, resolución de problemas, puesta en común.
• Tener en cuenta la voz del alumnado para mejorar la práctica educativa, dejando que este forme parte del liderazgo compartido de la escuela.

Relatoras: Olga García de la Iglesia y Susana Rubio Maza

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