Conclusiones y reflexiones del debate.
La primera diferencia que sobresale a la hora de exponer nuestra experiencia en las prácticas docentes es que una de nosotras las realizó en un centro público y la otra en un centro concertado y de religión católica. Hemos apreciado, aunque no sea motivo de pregunta en el cuadro, que el enclave de cada uno de los centros, determina en gran medida el tipo de alumnado de los centros, pues el CEIP se encuentra en la calle Castilla (zona de nivel medio-bajo), y el concertado en Pérez Galdós, en el Sardinero (zona medio-alta). El número de líneas de cada centro también difiere, pues el CEIP contiene sus dos líneas y el CC posee las 4 líneas de educación.
La distribución de las aulas en la experiencia de Olga fue la siguiente: en el colegio de Santoña, los alumnos/as estaban colocados por parejas para todas las asignaturas del profesor-tutor; y en el de Santander, las clases de inglés se organizaban en grupos, luego, los agrupamientos no eran flexibles dado que siempre eran los mismos. Sin embargo, en el caso de Susana, sus prácticas en el colegio concertado sólo las llevó a cabo en el área de inglés, donde la profesora se desplazaba a las aulas y aunque normalmente respetaba la organización espacial existente, el tipo de actividades y metodología normalmente requería el movimiento de sillas o del propio alumnado por el aula, dando lugar a clases muy activas. Se intentaba distribuir a los alumnos de forma diferente, haciendo pequeños cambios en la clase, pero sin desorganizar completamente la distribución de las mesas para no perder mucho tiempo. La reflexión a la que llegamos es que es importante que cada profesor adecue la organización del aula con respecto a cada práctica o actividad. También pensamos que esto influye de manera notable en la metodología que use el docente, pues si observamos que la distribución cambia y se flexibiliza con distintas actividades, podremos estar más cercanos a una metodología que persigue el aprendizaje significativo de forma constructivista.
Las prácticas de Olga estuvieron caracterizadas por el uso casi exclusivo del libro de texto, el cual era el principal recurso. Sin embargo, las prácticas de Susana fueron mucho más enriquecedoras para ella, dado que aunque también tenían libro de texto, éste era usado como un recurso más en el aula junto con actividades, juegos, vídeos, audios, actividades propuestas por los propios niños, actividades unidas a la temática elegida para trabajar en todas las aulas (aquel año el universo)….
Respecto al equipo directivo, Olga pudo observar en los dos centros que estuvo cómo la dirección era asumida en uno de ellos por un hombre y en el otro por una mujer. En ambos casos los dos directores asumían horas de refuerzo semanales además de su función de administración y gestión del centro. En el caso de Susana, la totalidad del equipo directivo estaba formada por mujeres, una de las razones principales es que la fundadora del colegio fue quien creó la congregación de las Esclavas, una congregación religiosa. Y a pesar de que hoy en día hay muchos docentes en el Centro (algunos de ellos con cargos de coordinadores), la mayoría de los docentes son mujeres, así como el equipo directivo, constituido únicamente por mujeres. Todo esto, parece contrastar con la realidad de muchos centros, en los cuales el liderazgo se invierte dando lugar a un alto porcentaje de hombres al frente de la dirección. Por ello, y a pesar de nuestra experiencia, si sumamos nuestro conocimiento a cerca de la situación de otros centros, lo trabajado sobre este tema durante nuestra formación y la reflexión llevada a cabo con este debate, nos llevan a pensar que todavía se siguen encontrando liderazgos no compartidos en los centros.
También nos gustaría comentar las diferencias encontradas en las prácticas educativas por parte del equipo directivo. Olga tiene constancia de que los directores de los centros en los que realizó sus prácticas realizaban, además de las labores propias de gestión, labores de refuerzo educativo con alumnos durante un cierto número de horas semanales. Sin embargo, Susana no tiene constancia de ninguna función por parte de la directora del centro donde estuvo, pues aunque su labor antes de ser elegida directora era la de orientadora, ahora no tiene la seguridad de que siga dedicando alguna hora a esa función, cosa que no ocurre con el resto de los miembros del equipo directivo, que poseen también labores docentes. Todo esto nos lleva a plantearnos la obligación y funciones que por ley tienen que tener los directores/as y demás miembros del equipo directivo, que además de atender a sus propias funciones del cargo, deben reservar un porcentaje de horas para realizar sus labores como docentes.
Relatoras: Susana Rubio Maza y Olga García de la Iglesia
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